La empresa argumentó que no pudo adaptarse a los cambios en el mercado de mobiliario para empresas.
La competencia de los productos de Asia, en especial de China, los terminó por sacar del mercado.
La firma basaba su modelo de negocios en la fabricación nacional y la reputación que mantuvo por años en el segmento institucional.

La emblemática fábrica de muebles Fernando Mayer solicitó hoy su liquidación voluntaria (quiebra) por insolvencia a los tribunales civiles de Santiago, tras argumentar que no logró adaptarse a los cambios de tendencias en el segmento de negocio institucionales (muebles de oficina).
La quiebra de Fernando Mayer se suma a la solicitud de reorganización judicial que presentó -a mediados de este mes- otra firma histórica en este mercado, Muebles Sur, con 75 años de historia.
La empresa Fernando Mayer S.A., durante décadas fue considerada un referente nacional en la fabricación de muebles de oficina y la representación de marcas internacionales.

La fábrica surgió en los años 50, de la mano de un joven inmigrante alemán, Fernando Mayer, quien abrió su primer taller de carpintería en la calle Lira, en la comuna de Santiago. En los años 60, las reparticiones públicas (entre ellos, todos los ministerios, La Moneda y el Congreso) y las empresas más importantes de Chile se transformaron en sus mayores clientes. En paralelo, el mueblista que concibió la empresa se convirtió en un referente del deseño nacional.
Con los años, el liderazgo de la empresa se cimentó en una importante infraestructura industrial, que le permitía la fabricar a nivel nacional, lo que se sumó a los fuertes vínculos que logró con los grandes clientes institucionales (reparticiones públicas, empresas del Estado, bancos y grandes empresas) y una extensa reputación gracias a que se orientó en el mobiliario de larga duración.
Los mató la competencia china
Sin embargo, a comienzos de los años 2000 «el contexto competitivo del sector comenzó a transformarse radicalmente. La apertura comercial, el ingreso masivo de productos de Asia, en especial de China, y el cierre progresivo de fábricas textiles, de calzado y muebles en Chile marcaron el inicio de un nuevo ciclo económico», aseguró la empresa en su presentación judicial.
En ese entorno, «muchas empresas tradicionales optaron por reconvertirse en importadoras, abandonando el modelo de manufactura local ante la imposibilidad de competir en costos. Fernando Mayer, fiel a su historia industrial y calidad local, intentó mantener su operación manufacturera nacional, postergando decisiones clave de reconversión», agregó la empresa.
De esta forma, cuando la fábrica de muebles decidió iniciar un proceso de transformación (2015 a 2018), «el escenario ya había cambiado de forma irreversible», aseguró.

Los cambios se hicieron muy tarde
Pese a incorporar a nuevos ejecutivos con el propósito de adaptar la compañía al nuevo entorno, «las barreras estructurales y el tamaño de la organización dificultaron una transición ágil», explicó Fernando Mayer S.A. en su solicitud de liquidación.
Luego vino el estallido social y la pandemia que gatillaron una contracción generalizada de la actividad económica, interrupciones logísticas globales y el cierre temporal de operaciones.
«Durante los años siguientes, se hicieron esfuerzos por reposicionar la marca, explorar nuevos canales comerciales y ajustar la estructura interna. No obstante, las restricciones operacionales, la rigidez del modelo tradicional y los cambios en las preferencias de los consumidores, cada vez más orientados a soluciones rápidas, económicas y digitalizadas, limitaron las posibilidades de recuperación», añadió la fábrica de muebles.