Varios fondos de pensiones e inversiones están solicitando que el empresario deje su rol de CEO de la compañía.
El paso del magnate por la oficina de eficiencia gubernamental de Trump desplomó la popularidad de la compañía y del propio Musk.

Durante años, Elon Musk, considerado el hombre más rico del mundo, ha dividido su tiempo ejerciendo labores ejecutivas en Tesla, SpaceX, X, The Boring Co., Neuralink y xAI. Sin embargo, su reciente labor en la administración de Donald Trump resultó especialmente perjudicial para su imagen pública y su marca de vehículos eléctricos.
El paso de Musk por el gobierno de Trump, a cargo del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), la oficina federal encargada de recortar gastos y empleos estatales, destruyó la imagen del magnate, validando la premisa de que la política suele ser un búmeran para los grandes empresarios.
Su labor en el DOGE provocó protestas en las tiendas de Tesla y varios episodios de vandalismo contra los vehículos e instalaciones de la compañía.

Ahora, una encuesta realizada el mes pasado (entre 2.000 norteamericanos) por GBAO y revelada por Forbes indica que Musk tiene un nivel de desaprobación en Estados Unidos del 55%, mientras que Tesla se ubicó como la marca de vehículos menos favorecida entre los encuestados que consideraban adquirir un vehículo eléctrico.
El mismo estudio señaló que el principal impacto en la imagen negativa de Tesla está dado por el factor Elon Musk (cofundador y CEO de la compañía), ya que el 51% de los encuestados dijo que vería a Tesla con mejores ojos si Musk dejara el mando de la empresa.
Fondos de inversión y de pensiones
La «mala fama» de Musk se ha extendido a los inversionistas. Así, varios fondos de pensiones de Estados Unidos, entre ellos algunos relacionados con los profesores, y fondos de inversión están mirando con recelo la permanencia del magnate a la cabeza de Tesla.
“A la gente no le gusta Elon Musk”, dijo a Forbes Randi Weingarten, presidenta de la Federación Estadounidense de Maestros (AFT). “En los últimos meses, hemos adoptado la postura de: Haz tu trabajo. Haz tu trabajo en el sector financiero. Haz lo que se supone que debes hacer, que es gobernar Tesla”.
Otros actores privados como BlackRock, Fidelity, Vanguard, T. Rowe Price y TIAA también han recibido presiones y miran con dudas la polémica participación de Musk en Tesla.

Los fondos estatales se suman contra el magnate
A esto se suma el factor inversor que tienen varios gobiernos estatales de ese país en Tesla. Y es que en Estados Unidos algunos estados pueden tener inversiones directas en Tesla a través de sus fondos de pensiones o de otras iniciativas de inversión estatal.
En ese contexto, en abril, nueve tesoreros y contralores estatales enviaron una carta a la presidenta de Tesla, Robyn Denholm, expresando su preocupación por los riesgos para sus economías si la compañía de autos eléctricos se tambalea por efectos de la mala gobernanza de la junta directiva.
«A ningún otro director ejecutivo (CEO) de una empresa que cotiza en bolsa se le habría permitido descuidar sus tareas diarias como a Musk. Sin excepción», señaló el tesorero del estado de Illinois, Michael Frerichs, uno de los firmantes de esa carta.
«Si algún otro director ejecutivo hubiera realizado actividades personales que dañaran la reputación de una empresa o marca, ¿se les habría tratado como a él?», agregó Frerichs.